martes, 5 de mayo de 2009

juicio final

Silva con los dientes apretados
la canción que suena del otro lado de la pared.
Aquellos dilemas están bien
si son para tirar arriba de un estofado
y comerlos todos antes de las tres.
Ella está con sus medias de nylón
abrochando los zapatos caminando despacio sus pesadillas.
En el colegio le enseñan a sentarse bien
reír sin que sea grotesca la risa
y rezar dos aves marias antes de comer.
Van dando el sermón del día
haciendo lista de los pecados que los hombres no deben cometer
y ella va guardando sumisa un gran archivo de miedos
a los que sabrá recurrir cuando la ocación permita
construír muros a todo proceder desconocido
que puede ser nocivo para la delicada miel
bien nacida y bien aventurada
que no recae en la asquerosa pulsión humana
sin antes castigarse la espalda hasta hacerla sangrar.
La moral cristiana
se viste elegante
y sale a pasear con guantes
para no contagiarse de los horribles seres
que habitan la tierra
que no tienen verguenza de su naturaleza animal.

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