miércoles, 20 de mayo de 2009

mar

Esa inmensidad del mar
que el agua nos arrastre también
tan pequeños al lado del mundo
esa fuerza natural que sigue su propio rumbo
sin finalidad concreta, mental
un devenir de cosas
las formas que se acomodan unas a otras
y conforman lo que vemos.

Sentarse allí
tan chiquita
frente a la inmensa masa azul
caminar despacio
ir adentrandose
hasta desaparecer.

Así de leve, sencilla, minúscula
es la muerte
un simple
transformarse en otra cosa
adentrarse en la materia
y desintegrarse en ella.

Caminar descalza por la arena
después mirar el horizonte
y avanzar
ahogarse sin intentar respirar
entregarse conforme
a la nada que es el todo
que conforma el mundo,
entregarse al mundo.

Morir
como entregandose al mundo
dejándo de ser dueños
de nuestra materia
devolviéndola a la tierra
a continuar los ciclos biológicos.

Antes tenía pánico de morir
quería la eternidad toda para mi
algún remedio humano
para la muerte
pero que egoísmo
no dejar que el mundo siga su propio ritmo
y los procesos se sucedan como quieran.

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