miércoles, 13 de mayo de 2009

a vos

Coso, cosito mío
yo sé que a veces me enrosco
y extiendo ante mi
la lista de anhelos incumplidos
y lloro
cuál ruiseñor en las noche de abril
y mandada a hacer
para el trágico papel
con quejumbrosa voz
describo la muerte lenta
de mi abrumado ser
cuando el tuyo se elejo a firmes pasos
a incierto destino.
Pero coso, cosito mío
vos sabes
que el melodrama nos sienta bien
y los tambores funerarios resuenan
alentadores para la poesía negra
oscuro disfraz de literato cuya profundidad sin fondo
es un abismo, agujero negro
de impredecible fin.
Coso, cosito mío
no hace falta que te diga
que no te reprocho nada
ni la sangre de las heridas
que a veces se autoreproducen solas
como películas proyectadas
sobre la pared,
y pasan las horribles cintas
de historias que no escribí
segregan impulsos fallidos
escenas deformes
experimentos raros con nuestros cuerpos.
Cosita
sabes bien
que pese al ardor de las voces
que te invitan a decir cosas que no queres decir
yo
ahí en el fondo
donde se guardan las semillas
allí donde las apariencias y espiritualidades falsas se sacan sus máscaras
donde quedo yo sola
despojada de la banalidad material
lejos de los tambores de oscuro porte
vos sabes
que te quiero
y te guardo como en un cofre
de las cosas bellas que supe tener.

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